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martes, 26 de marzo de 2013
¿Libertad de cátedra, o adoctrinamiento?
Adoctrinar: aleccionar, enseñar, instruir, adiestrar, educar, ilustrar, amaestrar.
El artículo 27.2 de la Constitución, prescribe que: la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la persona humana con el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.
Entre la cantidad de noticias del día de hoy, una me ha llamado poderosamente la atención: las juventudes del PP Valenciano articulan una Campaña de denuncia a través de Twitter por los casos de adoctrinamiento en las Aulas donde, por ejemplo, ciertos docentes piden a sus alumnos que "detecten" signos de mentira en las declaraciones de Esperanza Aguirre.
Por supuesto, varias asociaciones de Profesores y Sindicatos se han echado encima de esta iniciativa tachándola de todo lo tachable, argumentando en torno a la Libertad de Cátedra del Profesor.
Bien, pongamos un hipotético ejemplo práctico: Profesor criado en el Seno de una familia Nazi recaba en una Universidad Pública de nuestro País (me atrevo a decir que en cualquier Autonomía). En su primera clase, con un montón de argumentos históricos debidamente matizados por su ideología, postula a sus alumnos que todo aquel que no forme parte de la Raza Aria es inferior, y además continúa todas sus enseñanzas bajo postulados racistas basados en la supremacía blanca.
¿Qué reacción tendríamos, en general, respecto a que nuestros Hijos recibieran esa clase de adoctrinamiento? Salvo los casos perdidos, la respuesta está clara, espero.
Cualquier adoctrinamiento dirigido a imponer ideologías, colores políticos etcétera es censurable, y más si coarta el pleno desarrollo de la persona humana que, a mi entender, consiste en dotarla de las herramientas, formación e información necesarias que le permitan esgrimir una opinión propia, y posicionarse en el Mundo como mejor crea.
Cualquier Docente que usa el poder que le da su cargo para adoctrinar (excusado o no en la Libertad de Cátedra), extralimitándose en sus funciones y pervirtiendo, por supuesto, su papel como modelo a seguir, manifiesta en sus actos la decadencia de una Sociedad donde la realidad y los hechos, no existen como tal.
No a la Libertad de Cátedra que ampara amaestrar a las personas, convirtiéndolas en una suerte de masa informe al servicio de los intereses de los de turno.
¡Rotundo NO al adoctrinamiento!
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