domingo, 17 de noviembre de 2013

Pero ¿qué mierda de Estado de Derecho es éste?


'Estado de Derecho'. Así lo llaman los Políticos de los Grandes Partidos. Y se les llena la boca cada vez que lo hacen, alabando sus virtudes que, al parecer, son muchas. 

Virtudes como, por ejemplo, la Justicia igual para todos. 

Esperen, esperen, creo que me equivoco. En un Estado de Derecho una causa como la del Prestige no tarda 11 años en resolverse ¿no? En un Estado de Derecho la Justicia no corre como alma que lleva al Diablo para soltar a Etarras, Asesinos y Violadores,  porque Estrasburgo les obliga.

En un Estado de Derecho si te dicen que hagas más recortes desde Europa, los haces ¿no?; ¿o es que solo se aplica eso de correr como un velocista y obedecer cuando hay que cumplir con ETA, por vete a saber que pactó Zapatero en su momento? 

En un Estado de Derecho los Sindicatos están para servir y defender a los trabajadores. No para robar, mentir, extorsionar o mandar infiltrados para reventar manifestaciones legítimas y cargarse un Derecho convirtiéndolo en un Circo. 

En un Estado de Derecho se ayuda primero a quienes realmente lo necesitan, distribuyendo los recursos de nuestros Impuestos en su justa medida. Sin edificar proyectos que no podremos pagar solo para contentar a alguien con carné del Partido o, simplemente, llenarse los bolsillos. 

En un Estado de Derecho la Justicia es independiente. No te vas de rositas por pertenecer a la Realeza o cualquier otro título que te haga inmune a la realidad de todos los demás.  

En un Estado de Derecho, la educación no es un arma para que unos políticos que tardan doce años en sacarse sus carreras (eso, cuando lo hacen) se den de leches mientras juegan con el futuro de nuestros hijos e hijas, tirándolo por el retrete. 

En un Estado de Derecho el político sirve al País, no lo disecciona, lo chupa, lo viola y lo tira cuando ya no le sirve. 

En un Estado de Derecho los medios son independientes, y les dan palos a todos por igual, siempre y cuando se lo merezcan, con argumentos en la mano. 

En un Estado de Derecho se busca el progreso de la Sociedad y el Individuo. Se fomenta la investigación, el desarrollo. Se desarrolla un mercado donde el trabajo sea una realidad, no una utopía para muchos que han visto truncados sus sueños. 

En un Estado de Derecho no deberíamos vivir con la certeza de que estamos vendidos como españoles de a pie. Sabiendo que nadie por encima de nosotros, que nos ponen el culo cuando llegan las elecciones, lanzando sus pájaros directos a nuestras cabezas, va a a ayudarnos. 

España no es un Estado de Derecho. Y si lo es ¿qué mierda de Estado de Derecho es éste?

domingo, 3 de noviembre de 2013

Bocazas con mis impuestos


El Político es ese ser capaz de decir una cosa y la contraria sin despeinarse. Es normal, y más cuando se vive en un mundo embotellado donde las cosas son fáciles. Donde ganar dinero solo depende de llevarse bien con quien te hace las listas. De decir y hacer lo que haga falta para conservar el trasero calentito. 

Que se suelta a Etarras como parte de un plan establecido por algún miembro pretérito de la Casta, mientras se dice que no se hace, pues no pasa nada; que se llama desagradecidas a las víctimas por querer que se haga justicia, pues no pasa nada; que se pacta con quién se demoniza para conversar el poder en ésta o aquélla región de turno, pues no pasa nada; que se usa la Justicia a la cartas, pues no pasa nada; NUNCA pasa nada. 

La realidad de los Políticos es así: maleable, oportuna, siempre al servicio de unos intereses que poco o nada tienen que ver con el sentir del pueblo que les vota y, de paso, les paga. 

Ya no es siquiera una cuestión de colores. Las ideologías no existen, solo los intereses, y un centro que es común a todos los Partidos: el dinero, y el Poder. La pérdida o acumulación de estos dos elementos conforman la Política contemporánea. En algunos Países 'canta' menos, en otros, como España, más.

Ésta es la realidad que nos ha tocado vivir, y desde abajo, como pobres cerdos que esperan en el matadero, estamos nosotros, expectantes. Hombres y mujeres de a pie tan cansados de quienes nos gobiernan como de quienes pretenden gobernarnos. Desayunando, comiendo y cenando cada día las bravuconerías, estupideces e incontinencias verbales de quienes no saben cual es la realidad, pues están separados de ella por una burbuja que han ido alimentando desde 1978.

La podredumbre moral e ideológica es tal que cada día tendremos una noticia que hable de ella. Siempre habrá un bocazas que paguemos con nuestros Impuestos, dispuesto a soltar una estupidez o dejar que la lengua campe a sus anchas. Ya ni la higiene democrática o el respeto a las personas les frena. 

Con mi dinero han crecido Bocazas. Con nuestro sudor han crecido todos los enanos de este Circo. Y ahora ¿a quién votamos, qué derechos reales tenemos? En este momento donde solo el mal menor es una opción, estamos abocados a salir del pozo más pobres y más desesperados. Porque salir, saldremos pero ¿en qué habrán contribuido a ello quiénes nos gobiernan?

En nada, más allá de dejar el bosque quemado y yermo, para plantar una nueva generación de sus pútridos campos de idiocia.