Papá Estado, puede que no vuelvas a hablarme, pero hoy no voy a desearte un feliz día del Padre, ni tampoco te daré un regalo.
Papá Estado ¿he sido un mal hijo? Me enseñaste a vivir en Sociedad, a pagar mis impuestos, a no robar a los demás y a ser un buen contribuyente, en todos los aspectos. Una y otra vez mandas a tus mayordomos, a la tele, donde dicen una y otra vez que hay que ser transparente, y excelente, que la Ciudadanía es lo más importante y blá blá blá
Papá Estado ¿qué te pasa?; ¿acaso mientes más que hablas? Eso no le gustaría a Mamá, estoy seguro.
Tenemos una reputación en el vecindario europeo, Papá Estado: no puedes llegar a casa y decir : 'tranquilos niños, no subiré los impuestos ni habrá corrupción, todo será de rechupete', para que luego descubramos que has bailado con la más fea, pactado con vecinos díscolos y saqueado los fondos de ésta nuestra Comunidad.
Papá Estado ¿por qué nos das gato por liebre?; ¿cómo voy a confiar en ti si me asfixias a Impuestos y (lo peor de todo), no veo resultado alguno de mis esfuerzos en el día a día, salvo el crecimiento insostenible de tu enorme tripa y tu también enorme culo?; ¿cómo confiar en ti si sacas unas reglas que te saltas sistemáticamente, según te apetezca en ese momento? Eres un chocotajas, Papá Estado.
Papá Estado, menudo tutor mediocre estás hecho. Si no vas a ser capaz de gestionar la paga que te doy, déjame quedármela, y decidir qué parte de tu patria potestad quiero que ejerzas conmigo, y cual no.
Papá Estado, te quedas sin regalo.
Parece mentira que, de los dos, tú seas el niñato malcriado, traicionero, inútil y vengativo.
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