Ha pasado casi una semana desde que escribí por última vez en el Blog.
Antes la actualidad rabiaba de noticias pero, últimamente, parece que vivo en un continuo 'Día de la marmota', donde las cosas suceden una y otra vez.
El círculo vicioso de la Crisis, la Corrupción, los Rescates y la eterna lucha colegial entre el Gobierno y la Oposición en la estéril cancioncilla del y tú más copan las portadas de los Diarios, congelados en un tiempo de mediocridad que parece no tener fin.
Ahora de Guindos dice que Chipre sí puede contagiarnos (es un mero ejemplo de Político al que las Hemerotecas se la traen al fresco. Todos sabemos que los hay a miles, casi tantos como los que están en activo, o son mudos) sin apenas despeinarse (es un decir), y poniendo de manifiesto que en España cada servidor público puede decir lo que le viene en gana un día, y lo contrario al otro, sin preguntarse siquiera si, con semejante veletismo galopante, la Ciudadanía va a tomarlo por alguien de fiar.
La actualidad me aburre. Y lo peor es que ya no me escandalizo de nada, y espero la siguiente noticia en la que quienes nos gobernaron o nos gobiernan vuelven a retratarse como unos perfectos inútiles adictos a la doctrina e incapaces de enarbolar la honesta bandera de la opinión propia (porque de principios, ni hablamos).
Diría eso de 'qué asco de País', pero no, porque no es cierto. España es un gran País para vivir, con una Cultura rica y arraigada, pero sitiada por una horda creciente de hijos de perra que no tienen suficiente con sueldos más que dignos (estratosféricos si los asociamos a la productividad de los mismos) y persiguen llenarse los bolsillos con ese dinero que no es de nadie.
Ojalá se acabe este 'Día de la marmota' y empecemos a ver un poco de luz (y neuronas) al final del túnel.
Bil Murray se lo pasó mucho mejor que nosotros, aunque también estaba rodeado de una cantidad ingente de entrañables gilipollas.
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