Con el reciente fallecimiento de la joven de 17 años herida durante la fiesta de Halloween en el Madrid Arena, ya son cuatro las víctimas mortales de esta tragedia.
Mucho se ha hablado desde entonces en todos los medios sobre las circunstancias que la rodearon: el aforo sobrepasado, la falta de seguridad, el consumo de sustancias prohibidas; lo cierto es que los cruces de Declaraciones entre los Organizadores, el Gobierno regional, los Periodistas etcétera, ponen de manifiesto que esta tragedia es (y entrecomillo) "una más" sobre la que hablar varios días pero que, al final (ojalá me equivoque) no traerá cambios ni consecuencias.
Por el momento siempre que ocurre algo así solo sirve para encender los ánimos, cruzar declaraciones y ser pasto del amarillismo más absoluto de algunos medios que siempre quieren pescar en Río revuelto.
¿Cuántas tragedias más necesitamos para imponer regulaciones estrictas? No solo a los Organizadores, sino también a los Asistentes. Reforzando la Seguridad e intentando que una fiesta de este tipo no sea un simple pretexto (como hasta ahora, en su mayoría), para ponerse hasta arriba de alcohol y drogas, mientras otros se forran.
Nos guste o no, queramos reconocerlo o no, los jóvenes de antes ya no existen. Y, frente a eso (aparte de un mayor hincapié, control y pedagogía en la educación, a todos los niveles), solo podemos darnos cuenta de ello y poner los medios para que el cambio no nos lleve por delante.
Y que conste que, en ningún caso, echo la culpa de lo sucedido a las víctimas, pero sí me pregunto por qué algo tan cotidiano como las Macro Fiestas, en los últimos años, no se han interiorizado ya por los Gobiernos, Padres y Organizadores, para intentar que este Ocio no acabe en tragedia, poniendo todos los medios necesarios.
Espero que la tragedia de Madrid Arena no sea otro caso más que engorde Periódicos y Programas durante unos días.
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