martes, 4 de diciembre de 2012

Nos crecen los enanos


Que España cada vez se parece más a un Circo resulta evidente. No hay día en que no tengamos que leer una o más noticias que rayan el absurdo: cuatro gatos que meten miedo a un colegio para quitar los símbolos navideños; corruptelas al por mayor; Comisiones estúpidas; sueldos que no se bajan ni a tiros; despilfarros por todas partes; Indultos porque sí, privilegios y un sinfín de basura que nos van tirando, poco a poco, a la cabeza.

¿Qué toca ahora? Que nos sigan creciendo los enanos. Primero aumenta el Déficit de la CCAA, que en su mayoría se pasan por el forro al Gobierno y sus órdenes de guante blanco; La Consejera Catalana abandona la reunión con el Ministro José Ignacio Wert, en protesta contra la reforma educativa, a la que Artur Mas ya ha respondido demostrando su intención de montar una 'Cumbre' contra la misma.

Los Alcaldes del PP se plantan ante el plan de ajustes de Rajoy para reformar las administraciones públicas; cada uno mira a su ombligo y protege su apoltronado trasero... ¿qué está pasando en nuestro País?.

Ni los Monty Python imaginarían semejante barrabasada.

Está claro que la Crisis en la que estamos es de una magnitud inusitada. Pero empieza a estar aún más claro que nuestros capitanes no tienen ni idea de dónde llevar nuestro barco, o bien tienen demasiado miedo o intereses como para llevarlo en el rumbo correcto.

La Crisis no es solo económica, sino que que se ha enquistado en todos los estamentos, pervirtiendo a cada uno de ellos, despojándoles de legitimidad. Porque ésta no solo la dan las urnas, y menos cuando el voto se convierte en papel mojado.

Mayoría absoluta, sin precedentes, y Rajoy parece empeñado en que le crezcan todos los enanos a la vez, empeñado en ser el Papá Pitufo que todos quieren, y pasando de gobernar como tiene que hacerlo: con rigor, patriotismo y pensando, sobre todo, en el bien de España y los Españoles. O sea, todos nosotros.

Como Español y Ciudadano, me siento decepcionado y desamparado, pues no veo capacitación alguna de nadie (en la cúpula del Gobierno, la Oposición, la Justicia...) para hacer lo que se tiene que hacer, más allá de los malditos cálculos políticos, los cadáveres en el armario y la red clientelar, donde todo el mundo sabe algo de todo el mundo.

Bajo toda esa podredumbre, están nuestros maltrechos bolsillos, nuestro futuro y el de nuestros hijos.

Si tenemos que sacrificarnos, así lo haremos. Pero no sin ver la contrapartida de, al menos, unos Dirigentes diligentes y serios, entregados a la función pública. Y lo que vemos a diario, está muy lejos (A AÑOS LUZ) de ser poco más que una Panda de paniaguados, palmeros, sectarios e incompetentes.

Nos crecen los enanos... ¿vamos a esperar a que se desborde el Circo?

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