jueves, 24 de enero de 2013

Albert Rivera, un Político como Dios manda



 
Estamos hartos de desayunarnos corrupciones, sediciones, engaños y tejemanejes.

Los Políticos españoles de primera plana, en general,  y todos sus paniaguados alrededor  son iguales que los que podríamos encontrar en cualquier República Bananera, nos guste o no. Nuestra Democracia está con un pie en la tumba, gracias al borreguismo general reinante, la Crisis de las narices (la económica y, peor aún, la intelectual y de valores), la parcialidad de la gran mayoría de los Medios, y una Casta que solo se sirve a sí misma.

A estas alturas, una persona educada como yo, que estrecha la mano y saluda a todo el Mundo de acuerdo a la más mínima educación, se da cuenta de que, de todos los Políticos que conoce, solo estrecharía la mano, a día de hoy y con sinceridad, a tres: Esperanza Aguirre, Tony Cantó (toda una sorpresa) y, sobre todo, Albert Rivera.

Ante la peligrosa payasada del Parlamento Catalán de ayer, y la laxitud del Gobierno de España que, sinceramente, no sé en qué momento decidirá actuar, Albert Rivera volvió a poner todos los puntos sobre las íes con un discurso excepcional, donde destapó el despropósito catalán de manera certera, clara y concisa.

Desde el oprimido Durán hasta sacar a la palestra la Constitución, Rivera demostró una vez más sus 
crecientes capacidades políticas, y volvió a reconciliarme con un oficio cada vez más cercano al parasitismo.

Con Políticos así dando guerra en primera plana, lo mismo en el futuro vemos en Cataluña un Gobierno de verdad, con servidores públicos de verdad. No el actual Gobierno de presuntos ladrones, reales paletos y auténticos sectarios.  

Si España tiene que robar algo a Cataluña, yo me llevaba a Albert Rivera a las Cortes, escoba en mano.
Seguro que intentaría sacar la basura, y no meterla bajo la alfombra, hasta que reviente.  

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