lunes, 1 de octubre de 2012

De Vagos y Maleantes


Wikipedia dice: La Ley de vagos y maleantes fue una ley del código penal español de 4 de agosto de 1933, referente al tratamiento de vagabundos, nómadas, proxenetas y cualquier otro elemento considerado antisocial y que posteriormente fue modificada para reprimir también a los homosexuales. También conocida popularmente como la Gandula, la ley fue aprobada por consenso de todos los grupos políticos de la segunda república para el control de mendigos, rufianes sin oficio conocido y proxenetas.

No hay un solo día en que no tengamos que sufrir las Declaraciones de los Políticos que, desprovistos de toda contención verbal y viviendo permanentemente en un Universo paralelo donde todo es gratis y sencillo, se empeñan en hacer creer a la Población que todo es perfecto, que nada es lo que parece y que ellos están haciendo todo lo posible por su amada Ciudadanía. 

Esto es solo un ejemplo (porque igual que este "señor" hay muchos): José Bono decía hoy con toda la jeta del mundo en El Mundo (valga la redundancia), perlitas como éstas, en un alarde de cinismo con (por desgracia), muchos precedentes. 

¿No es hora ya de formular una nueva Ley de Vagos y Maleantes? Podemos ponerle otro nombre y cambiarle el contenido, pero, al final,  llegaremos a la siguiente conclusión: quien necesita cientos de Asesores no elegidos por los Ciudadanos para poder desempeñar su función, solo puede ser un Vago, o un inútil. 

Quién se enriquece de formas poco menos que extraña con un sueldo público, hasta límites insospechados (y aquí no solo entra Bono, sino prácticamente cualquiera, de cualquier palo político que imaginen), declarando además Patrimonios de apenas sesenta mil euros que no se los creen ni en su casa, o bien es un experto financiero, o es un maleante (recuerden: adj. y com. Ladrón,delincuente).

No hay mejor momento que ahora para que nuestros queridos Gobernantes y sus palmeros y detractores de puertas afuera (Vagos y Maleantes), tomen un poquito de realidad en forma de Ley. Es una lástima que son ellos mismos los que tendrían que ponerla en marcha (cualquier iniciativa popular al respecto, por muchas firmas que recabara, caería en saco roto, como caen la inmensa mayoría), y luego ponerse en práctica a través de una Justicia seria e Imparcial (¡ayyyyy que me partooooo!), donde todos fuéramos iguales ante la ley. 

Los Vagos y Maleantes no están solo en el Gobierno o los Partidos limítrofes. Basta con (presuntamente, Dios me libre de acusar a mi) zumbarse a una despampanante señora rubia para que pase a adquirir el noble cargo de Asesora estratégica del Estado Español. Asumo que de una parte muy muy concretita del Estado...

Y suma y sigue. Los Vagos y Maleantes de Ex-paña buscan la independencia, se visten de Armani para ir a Rodiezmo, se pirran por los coches oficiales; nunca tienen que demostrar que son inocentes, ni culpables, porque la Justicia se la sopla; usan el dinero público porque no es de nadie; se colocan en organismos internacionales sin saber hacer la O con un canuto y un sinfín de aptitudes para estar siempre en el lugar adecuado donde poder sacar tajada sin esfuerzo, diciendo que sí a la voz de su amo. 

Gentuza, vaya.  Necesitamos una nueva Ley de Vagos y Maleantes, con Sede en Moncloa, la Carrera de San Jerónimo, los Parlamentos Autonómicos y todo ese etcétera imposible de enumerar, que está en la mente de todos.

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