A veces, los árboles no nos dejan ver el bosque.
En los tiempos que corren, cualquier Político que diga algo mínimamente coherente puede hacernos pensar que se trata de un salvador.
Aznar le dio unos cuantos guantazos a Rajoy y a su Gobierno señalando, por otro lado, obviedades: el PP ha traicionado a los suyos y a sus votantes no aplicando ni una coma del Programa que lo llevó al Poder y aumentando el negro legado del nefasto gobierno de ZP.
Está claro que José María Aznar gestionó bien España en lo económico. Quién diga lo contrario probablemente esté cegado por su propia ideología. En lo básico, Aznar y su Gobierno crearon cinco millones de empleos y convirtieron a nuestro País en "El milagro español". Eso es así, es un hecho objetivo.
Que probablemente de aquéllo viniera parte de la actual situación, sobre todo en sectores tan castigados como la construcción, es muy posible.
Aznar no debe volver a la Política. Ni Felipe González o cualquier otro que, en algún momento, hiciera algo bien.
El actual sistema Político, nuestras castas pegadas con cola a sus escaños, son el problema y, alrededor suyo, se han generado y gravitan todos los demás: corrupción, crisis bancarias, educación... en definitiva, una Crisis de valores sin precedentes que nuestros actuales Gobernantes ni quieren ni pueden solucionar.
Necesitamos sangre nueva con ideas nuevas. Y no me refiero a Zapateros, Aznares o Rajoys más jóvenes. No me refiero a cachorros de cada partido que han mamado de la teta de lo público y no tienen ni idea de lo que es ganarse el pan en el sector privado.
Solo alguien que conozca la realidad es capaz de solucionar los problemas. Alguien sin cadáveres en el armario, que no deba favores y piense por sí mismo, no en sí mismo, y en el Pueblo al que tiene que gobernar.
Lo demás, son clavos ardiendo a los que agarrarse, y nada más. Y si no aprendemos de nuestros errores, seguiremos siempre tropezando con la misma piedra.
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