Ya van tres años de recortes. Se dice pronto, pero desde que Zapatero comenzó, a regañadientes, en el año 2010, no hemos parado de ver cómo muchos de los logros alcanzados en nuestro Estado del Bienestar se iban, poco a poco, por el sumidero.
No voy a hacer Demagogia: este estado era falso, sostenido a base de endeudamiento, engaños y castillos de naipes. Por desgracia, esta Crisis nos ha dado una buena bofetada en plena cara, haciendo que nos enfrentemos a la realidad con una crudeza que muy pocos creyeron posible.
La pregunta que me hago es ¿cómo salir? Está claro que los recortes ayudan, pero siempre y cuando vayan en la dirección correcta. Por el momento ni Rajoy, su Gobierno, su Partido o los Partidos grandes de la Oposición han dado una sola señal de querer recortar el endiablado tren de vida autonómico, las duplicidades y todos los organismos superfluos que están ahí solo para que unos pocos se forren.
Tampoco parecen estar por la labor de buscar un nuevo modelo productivo, un modelo Educativo que lo sustente o la simple renovación de ideas y personas que encarnan lo peor de todos nosotros. Entonces ¿cómo salimos?.
Los impuestos nos ahogan, y la pescadilla se muerde la cola: si no hay dinero no hay consumo. Si no hay consumo, no hay empleo; si no hay empleo, nos vamos todos a tomar por saco... o a Alemania.
Que la Crisis en España (y en toda esta vieja, muy vieja, Europa) no es solo económica está claro, y solo los conscientemente ciegos o cegados por trasnochados seguidismos e ideologías no lo verán. La respuesta está en afrontar, de una vez, nuestro verdadero problema: lo que teníamos, tal y como está montado este chiringuito español, jamás volverá.
Y lo demás, son debates superfluos y estúpidos. Quién no iba a querer una Sanidad pública de calidad, o una Justicia que funcione. Todos, sin excepción. Pero árboles tan altos no dejan ver el bosque: el problema de gestión es tan grande, el socavón moral tan profundo, la corrupción tan insertada en todos los estamentos... que resurgir de nuestras cenizas conllevará unidad y esfuerzo por parte de todos, reconociendo que sin hacer algo realmente constructivo, no conseguiremos nada perdurable.
Y sí, los datos económicos mejorarán, porque por mucho que nos desgobiernen la Economía es como es y, al final, tendremos luz al final del túnel. Pero ¿quién quiere una fachada bonita con un interior inhabitable? Yo no, para nada.
¿Cómo salir de la Crisis? Unidos, peleando con ideas constructivas y realistas por un bien común: recuperar un País que ya no está en nuestras manos.
Si no, mejoraremos, pero jamás, jamás, saldremos.
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