Ya era hora de que el Superjuez encuentre castigo a sus tejemanejes, donde siempre ha utilizado la justicia conforme a sus propios intereses.
Esperemos que sus manejos encuentren el castigo que se merecen. Lo mismo no, quizás le mande el señor Botín (previa carta, claro), un carcelero que le proteja, allá donde debería ir.
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