miércoles, 22 de septiembre de 2010

Comencemos por el principio

Es gracioso comprobar cómo pasan los años.
Cómo vamos modelando nuestra identidad en base a criterios tan dispares como el entorno inmediato o los valores familiares.
Un día piensas blanco y levantas el puño ante cualquier injusticia. Al siguiente lo que creías injusto es lo más normal del mundo para ti.
La vida es una lavadora y nosotros pedazos de ropa.

Hoy me he levantado con ganas de escribir. Siempre las tengo, y hoy tocaba la poesía, esa maldita dama que tan pronto te encumbra a lo más alto de la creatividad, como te sepulta en la tumba de la página en blanco.

Hoy quiero hablar de unos ojos azules esquivos, tan lejanos e inalcanzables que vale la pena estrujar las neuronas sobre ellos. Mi caldero ha parido lo siguiente :

Fulgor de azur

Encerrado.
En un rincón oscuro,
un solo corazón late acerado.
Tiempo sin ley, no sabe de futuro,
mas llora los errores del pasado.  

Cautivo.
Prisión sin celda, la culpa erige muro.
Palabras que se escupen sin cuidado.
Fruto del pervivir al sueño oscuro,
yacer de pie, hollar la tierra mudo.
 Estar sin ser,
el alma cual proyecto inacabado.

El Momento.
Cuando la vida pasa en claroscuro.
Estar sin ser,
parece el devenir más apropiado.
 Mirar sin ver,
no hay culpa sin sufrir lo que has perdido,
ni llanto sin llorarle al ser amado.

Estallido.
Cuando el vil metal engulle al oro.
Mirando alrededor, desesperado.
Fulgor de azur,
al yermo panteón irrumpe el coro.
Ojos de azur,
salvadores del náufrago ahogado.

La luz.
Nunca creí posible escalar
las escarpadas sendas de este muro.
Envuelto en pretensiones de juglar
me empapo del azur,
 soy viento desatado en temporal,
fuerte como la mar,
soy luz que avivará mi lado oscuro .

Renacer.
Mirar y ver.
Estar y ser.

El azur de tus ojos,
el rumbo de mi barco ha enderezado.
El Muro es un recuerdo fragmentado,
 cuervo negro,
 de alas despojado.

Fulgor de azur, recuerda.
Cuando las lágrimas afloren a tu lado,
no olvides este canto,
al azur de tus ojos dedicado.

No olvides que la culpa erige muro,
no olvides que es difícil vivir en claroscuro,
no olvides que el azur,
 salvó al ahogado .
  
Eduardo Bonafonte Serrano

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