domingo, 2 de febrero de 2014

¿Bofetadas, qué bofetadas?



Dicen que engañarse a uno mismo es síntoma de estupidez.

Pero lo cierto es que hay por ahí individuos que aunque les esté lloviendo encima, se empeñan en decir que el cielo está azul y no cae ni una gota.

Si el problema es climatológico no pasaría nada. La cosa se pone fea cuando este mundo de fantasía autoimpuesto en que la realidad se diluye afecta a un Gobierno, un Partido, una compadre oposición  y, por desgracia, a los pobres hombres y mujeres que vivimos en el País que gobiernan.

En las últimas dos semanas el Partido Popular ha recibido de todos lados una dosis de realidad, que se empeña, una y otra vez, en pasar por alto: el nacimiento de VOX; la marcha de Alejo Vidal-Quadras; la renuncia de Mayor Oreja a presentarse a las europeas; la no asistencia de Aznar al recien terminado y autopropagandístico Congreso popular.

Pero eso no es todo. La desafección del electorado de centro-derecha con el PP es tan palpable que, de puertas para adentro, la escisión entre los nuevos populares y los viejos se acrecienta cada día más.

¿Y, qué hacen con semejante problema? Nada, salvo autoafirmarse en que el suelo está mojado pero no es porque llueve. Ellos y solo ellos son la salvación de España contra el independentismo, el terrorismo y, si me apuran, cualquier futura invasión extraterrestre.

Parece mentira que tenga que ser la fundación FAES la que abra los ojos con el excelente FAQ publicado sobre la secesión catalana; parece mentira que un Partido tan seguro de sí mismo como dice estar denigre a formaciones como VOX, tildándolos de estrafalarios aventureros. Parece mentira que quien se cree mejor que los demás esgrima como argumentario el ataque que antes censuraba. Mismo perro con distinto collar.

Puede que la economía se recupere en los próximos años. Puede que en estos dos años de legislatura que quedan comencemos a levantar cabeza y las familias respiren un poco. Puede que los catalanes den marcha atrás y no se separen. Puede incluso que olvidemos los tejemanejes de parte de la familia real, la corrupción generalizada, el control de muchos medios; puede que todo esto ocurra pero, de ser así ¿cuánto será culpa del Gobierno y del principal partido de la oposición?

(Lo sé, si paran de leer y escuchan atentamente... oirán grillos).

España está sufriendo la cruz de dos Partidos venidos a menos, totalmente instalados en su propia supervivencia, ajenos completamente a la realidad, por muy fuerte que les de en la cara. Nada habría más descriptivo y contundente para aclararles las ideas que sufrir el tremendo batacazo que merecen en las europeas y, también, en las generales.

¿Seremos lo suficientemente sabios y valientes como para darles una bofetada con verdadera democracia, ejerciendo nuestro derecho al voto con sentido común y no simple inercia? No pido el voto para nadie (de hecho, a mi aún tienen que convencerme) pero tengo claro que, ahora más que nunca, mi voto tiene que ser útil.

La opción menos mala ya no es una opción para mi. Y quien se empeña en decir que las cosas son como no son, aunque tengan las evidencias delante, insultan mi inteligencia, y la de muchos otros.

Ésta vez no. La propaganda se ha acabado. Quien quiera creerse las mentiras que le venden en un mundo repleto de información, sin contrastarlas y buscar la otra cara de la noticia, libre es de desperdiciar el único derecho que define una democracia verdadera y que, eso sí, no podrán quitarnos los que mienten por sistema, viviendo en una realidad alternativa, que no es la nuestra.

Sí, las bofetadas vienen, y duelen. Señores del PP y del PSOE, principales partidos... es hora de reiniciar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario