No hay nada peor que ser un votante huérfano de Partido. Y más en esta España donde la Democracia se ha pervertido tanto que nuestra única opción es ensobrar el papelito cada cuatro años, en una lista cerrada que ni votamos, ni en su mayoría conocemos.
Los derroteros del Ex Partido Popular están dejando huérfanos a muchos votantes, incapaces de comulgar con las subidas de impuestos, la suelta de Etarras, Violadores y Asesinos, los paños calientes ante el Secesionismo catalán y vasco y un sinfín de encamamientos (encubiertos o no) con el que se supone debe ser el principal partido de la Oposición: el antiguamente conocido como Partido Socialista Obrero Español (ahora, como mucho, Partido).
Ante tan desolador panorama la marcha de Santiago Abascal del PP, y la contundente carta que le dirigió al Presidente y líder popular Mariano Rajoy, ponía de manifiesto que aún quedan políticos en España con suficientes redaños y convicciones para intentar ser verdaderos servidores públicos.
Que para eso, señores, se les paga.
El nacimiento de VOX es, para un votante que ejerce su derecho informándose primero, una buena noticia. Aunque ha habido otras opciones que han nacido durante estos convulsos tiempos, me cuesta mucho creerme ciertos discursos anti sistema de gente que aún atesora sus cargos, carguitos y cargazos al calor del sistema que nos ha llevado, en gran parte, hasta donde estamos.
VOX parece ser lo que el PP debería ser. Lo que la mayoría de españoles votó en las últimas elecciones, mientras se maravilla a diario con las traiciones de la plana mayor de este Partido desnortado donde solo unos pocos valientes son capaces de alzar la voz... pero luego incapaces de romper la disciplina de voto en pos de sus creencias.
VOX me da buenas vibraciones, y espero que los hechos (que es lo que cuenta) hablen por sí solos.
Como votante enchufado a la realidad, creyente de la verdadera política, si quieren escucharme los Señores Abascal, Ortega Lara y compañía, solo quiero decirles esto: obras son amores.
Las hemerotecas están ahí, y son muy poderosas. Han empezado con buen pie, dejando entrar aire limpio en esta atmósfera política tan viciada, tan vieja, tan decidida a sepultar Ciudadanos con nombre y apellidos con tal de conservar el Poder.
Tienen mi voto de confianza y mi interés. No es mucho, pero como yo hay muchos españoles dispuestos a creer que lo que estamos viviendo puede arreglarse.
Pero no les doy un cheque en blanco. Si algo nos está enseñando esta Crisis es que las palabras se las lleva el viento, pero los hechos, permanecen.
Bienvenido, VOX.
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