Una vergüenza.
No se puede definir el debate de ayer como otra cosa.
En primer lugar, porque no existió tal debate. Las preguntas totalmente pactadas apenas dieron pie a la improvisación.
En segundo lugar, se obviaron temas capitales como el terrorismo o el respeto a las víctimas.
Y por último, y no menos importante, ¿para qué?. Medio millón de euros para ver a Rubalcaba en fuga y a un Rajoy que todavía no se lo cree. Con la que está cayendo, no tenemos el horno para estos bollos.
Y ahora solo nos queda ver ciertas declaraciones y anécdotas poco menos que deleznables.
Una pena. Otra más
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